El  área de salud de Santa Bárbara participó en la realización del estudio.

Un estudio sobre los factores asociados a la ideación suicida en estudiantes de secundaria,  reveló una serie de factores que están influyendo de forma negativa en la salud mental de los adolescentes.

El mismo fue realizado por el área de salud Santa Bárbara (Heredia) y los hospitales San Carlos y Max Terán Valls de Quepos. El trabajo de campo inició en 2024 con la aplicación de cuestionarios a  estudiantes de colegio, con edades entre los 12 y 19 años.El estudio fue multicéntrico y multidisciplinario con la participación de 12 funcionarios de las áreas de nutrición, promotora de salud, psicología, trabajo social, salud mental, psiquiatría, enfermería y medicina.

Melissa Bérenzon Quirós, promotora de la salud de Santa Bárbara de Heredia e investigadora principal, explicó que el objetivo de compartir los resultados de esta investigación es visibilizar la información para unificar esfuerzos y mejorar la respuesta que estamos dándole a este problema de salud pública a nivel nacional».

Entre los resultados de este estudio se destacan:

Entorno familiar: El vínculo familiar tiene un peso muy importante en la vida de los adolescentes. Sin embargo, los encuestados indicaron que no tienen una relación cercana con sus padres debido a temas como el trabajo evidenciando la falta de comunicación y apoyo familiar.

Consumo de sustancias: Las principales sustancias utilizadas por los jóvenes son el alcohol, vapeadores, marihuana y cigarrillos, siendo este un factor de riesgo físico, mental y social.

Ausencia de actividades recreativas: En las zonas evaluadas, los adolescentes reportaron la falta de espacios adecuados para realizar actividades físicas y recreativas. La ausencia de ejercicio contribuye a problemas de estrés y ansiedad.

Influencias sociales: Ser víctimas de intimidación física (bullying) o digital (ciberbullying) afecta a un porcentaje significativo de estudiantes, principalmente quienes están más expuestos a las redes sociales como las páginas de Instagram donde se exponen fotografías y memes en burla de compañeros. Además, se identificó una influencia de la cultura asiática como animes con temas depresivos.

Identidad y orientación sexual: Aproximadamente el 10% se identifican como bisexuales, homosexuales o pansexuales, y se observó que la presión social por identificarse dentro de un grupo les genera estrés o adopción de prácticas sexuales de riesgo. Por otro lado, también mencionaron sentir el rechazo familiar principalmente por creencias religiosas, esto aumenta el riesgo de depresión y problemas de identidad en estos jóvenes.

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Uso de tecnologías y salud mental: Un 18% de los adolescentes reportó sufrir problemas de sueño o insomnio, y mencionaron el uso excesivo de dispositivos electrónicos como una de las causas principales.

Relaciones entre pares: Se encontró que a raíz de la pandemia las habilidades de comunicación entre los jóvenes son débiles, lo cual ha generado ansiedad social y hasta comportamientos agresivos dentro del sistema educativo

 Mal manejo de emociones: Las prácticas como el cortarse (cutting) son cada vez más frecuentes en estas edades no con ideas de acabar con su vida, si no como medios de expresión o de soltar emociones, incluso estas prácticas también son símbolo de pertenencia de grupo. Aunado a esto, se detectó que los jóvenes no son capaces de identificar el origen de sus emociones y sentimientos como la tristeza, la ansiedad y la frustración, sin embargo,  sí aseguran que las sienten con mucha frecuencia y no saben cómo controlarlas.

Presión académica: Los estudiantes mencionaron que sienten presión por tener buenas calificaciones y tener bajo rendimiento les afecta su autoestima, algunos mencionaron que se debe a que no se sienten cómodos con la metodología de enseñanza.

Exposición de factores externos: Se identificó que algunos jóvenes están expuestos a la explotación sexual comercial, venta y transporte de drogas y hasta relaciones impropias fomentados incluso por sus familias para la obtención de recursos, lo cual afecta la salud mental de los estudiantes y los expone a múltiples riesgos.

Manejo del duelo: Un porcentaje de los encuestados mencionó tener dificultades para afrontar la pérdida de un ser querido, lo cual los lleva a tener una tristeza que no les permite desenvolverse en su entorno de manera adecuada, el riesgo se incrementa si la muerte del ser querido es por suicidio.

Datos adicionales que se encontraron en la investigación es que las mujeres son más vulnerables a padecer ideaciones suicidas o intentos de suicidio que los hombres, sin embargo, las mujeres indicaron tener una relación más cercana y de comunicación con sus familiares.

Tenemos cada vez más consultas de población muy joven en las consultas de salud mental, los pensamientos suicidas son una problemática muy estigmatizada hoy en día”, indicó  Fanny Karina Picado Arce, enfermera de salud mental del hospital Max Terán.

Para Picado, este estudio permite profundizar las razones detrás de los intentos suicidas, donde se citaron detonantes como problemas de autoestima, dificultades para relacionarse entre pares, sexualidad temprana entre otros.

Según datos de la Organización Mundial de la salud (OMS) cada año cerca de 700 000 personas mueren por suicidio. En 2019 la cuarta parte de suicidios se presentó en jóvenes entre los 15 y 19 años.

En Costa Rica, datos del Ministerio de Salud revelan que, en los últimos cinco años, los intentos de suicidio han tenido un incremento considerable. Solo en el primer semestre de 2024 se contabilizaron más de 1800 intentos de suicidio.

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